ANTICIPÁNDOSE A LA MUERTE:
El siguiente caso es para meditarse y reflexionar sobre la existencia de cada uno de nosotros, del tiempo y la muerte; esto dice el Sr. José Luis Martínez Jiménez: lo conocí por suerte y coincidencia, un día acudí a visitar a un querido amigo que hoy es funcionario de una gran empresa mexicana y mundial, nuestro tema era otro y entre la plática me empezó a mostrar algunos recuerdos que tenía en su escritorio, sacó una carpeta y al abrirla salió una hoja blanca que ya tenía tiempo, contenía un dibujo hecho con trazos de pluma y lápiz, aunque sin una calidad profesional, al verla cambió el tono de mi amigo y triste me comentó qué era y lo que significaba ese dibujo y a cada instante él volvía a vivir todo eso y lastimando sus sentimientos lo tomaba como lo más querido para él.
Era su hijo Jorgito, cuando tenía 10 años, niño normal, muy sano y narra como convivìan, incluso iban a comer juntos y aprovechaban para platicar como si fuesen adultos, ambos se querían mucho.
Un día Jorgito le regaló a su papá un dibujo que él mismo había hecho, lo tomó y felicitando a su hijo lo guardó, a los tres días Jorgito se enferma de gravedad, por lo que tienen que llevarlo de urgencia al hospital, y la desgracia viene, a las pocas horas Jorgito había fallecido, el dolor y amor por su hijo lo hicieron olvidarse por un rato, sin embargo algo había de extraño en el hospital que el papá no sabía qué era, cuando tuvo la oportunidad tomó el dibujo que le había regalado, había sido lo último, y para su sorpresa, Jorgito había dibujado el hospital tres días antes sin conocerlo; exactamente donde puso las ambulancias ahí estaban, colocó en algunos pisos, cuartos y camas con enfermos y ahí estaban exactamente, puso enfermeras y médicos y también fue en el lugar donde se hallaban, pero lo más aterrador fue que Jorgito dibujó en un lugar del hospital a un niño que era él y le pusó una Cruz; este fue el lugar donde murió, o sería que había dejado de existir desde tres días antes. Para el papá era incomprensible cómo un niño podía haber dibujado su futuro y predecir su propia muerte.
El papá guarda ese dibujo como lo más preciado que tiene y sufre al recordar lo que significa, y aunque también tuvo otra experiencia cuando visitó la tumba de Jorgito, lo único que él desea es respetar el nombre de su hijo, por lo que pidió mantener en el anonimato los nombres de él y y el de su hijo, pero por tener la confianza de contármelo y de transmitirselo a ustedes, gracias.